








“nea niñea”
“Lo más brutal de la violencia infantil… es lo cotidiana”
Oración para todos los días:
Que mis ojos no se cierren cuando este en la ducha.
Que mi capa de toalla me proteja.
Que mi pupitre sea mi trinchera cuando esté en la escuela.
Que mi sábana me haga invisible cuando esté en la cama.
Que mi closet no se abra mientras duermo.
Que pueda gritar si me hacen daño.
La infancia se relaciona con inocencia: juego, ilusión, tranquilidad… la vida de los sueños. En Colombia está llena de altibajos, de confusión, de impotencia. Combina el candor y el conflicto. La Muestra de Juan Torres da una mirada a un mundo infantil, lleno de contradicciones, de crueldades, en las figuras aniñadas que lloran en fondos de cruces, de rasguños, de heridas y frases sencillas e ingenuas con actitud belicosa, como cuando un niño grita ¡CARECHIMBA! en mayúscula y exorciza la violencia que lo habita.
Las figuras inofensivas están marcadas por la ansiedad de lo incierto y el desencanto. Tras su apariencia se resguardan los temores y la impotencia de una cotidianidad enmarcada en lo adulto… Cuerpos aquietados, expuestos a una realidad impuesta por otros.
Torres, se apoya en materiales reciclados que sirven como marco o soporte a las pinturas, en un acoplamiento dibujos, colores, espacialidades y palabras del parlache. Estéticas de los pobladores de los barrios que día a día viven en cualquier ciudad latinoamericana.